La actividad docente esta orientada hacia la formación de recursos humanos profesionales, cuyos niveles de calidad y pertinencia social son variables, de acuerdo con el tipo de universidad y carrera. Pero otro factor distintivo de la calidad de la formación es el docente, aquel que posee competencias profesionales que le permiten atender a la acción de su actividad docente en la educación superior.
Algunos de los problemas que se observan en el desarrollo de la función docente, en la mayoría de las universidades públicas, son: (a) en el ingreso del personal: no siempre seleccionan los mejores profesionales para el ejercicio de la docencia, ya que en muchos casos los criterios no-académicos pesan más, en el momento de la decisión del jurado, que los requerimientos formales exigidos por la normativa universitaria; (b) la falta de programas de formación continua, especialmente en campo pedagógico, lo que trae como consecuencia un exagerado énfasis en la enseñanza tradicional, centrada en el profesor como fuente del conocimiento; también ello se refleja en los métodos de evaluación, los cuales parecieran estar más orientados a aplazar al estudiante que a determinar lo que éste realmente ha aprendido y a identificar sus posibles problemas en el proceso de aprendizaje, siendo que el docente actual esta llamado a convertirse en facilitador del conocimiento, orientador y guía de los alumnos en el proceso de enseñanza aprendizaje; (c) la falta de un programa de evaluación, que permita determinar la calidad del desempeño del profesor, así como sus necesidades de capacitación. El resultado de la evaluación docente podría servir como criterio para tomar decisiones sobre la remuneración diferencial del profesorado, diseñar programas de capacitación, para el mejoramiento continuo del personal docente o para excluir de la universidad a aquellos docentes incompetentes. El docente actual debe ser capaz de cambiar los materiales, los contenidos y los procesos convencionales educativos; innovando y promoviendo la interacción entre el y los alumnos haciendo un buen manejo de las herramientas comunicacionales con que cuenta en la actualidad. Por todo ello es necesario un docente formado integralmente y que maneje ciertas competencias asociadas a la transición hacia el tercer milenio en el que se debe desempeñar.
En todos los ámbitos de la existencia humana interviene la motivación como mecanismo para lograr determinados objetivos, alcanzar determinadas metas; psicólogos y educadores, sociólogos y pedagogos, entre otros especialistas relacionados directamente con el quehacer educativo coinciden en